Índice de etapas
Viernes 6 de julio de 2018, como en las anteriores crónicas de este viaje, comienzo por la hora a la que me despierto y… por primera vez en todo el camino ¡hoy me ha despertado la alarma del móvil! ¡Aleluya! 6:00, me recreo un poco más en la cama pues no tenemos prisa, hoy la ruta será corta y nos quedaremos a las puertas de Santiago para terminar mañana.
Nuestra intención es llegar a Pedrouzo un pueblo donde tienen un albergue que no hace reservas como llegaremos temprano esperamos no tener problemas para localizar un par de camas.
7:35, nos ponemos en marcha. Empezamos cuesta abajo, con sus correspondientes toboganes hacia arriba, nos acompañan túneles de vegetación que no dejan pasar la luz del sol en todo el año. Afortunadamente a pesar de ello, no hay excesivo barro. Llegamos a Melide, por desgracia es muy temprano y en los restaurantes el pulpo lo acaban de meter en la olla, como comprobamos en un par de bares ya que se ven las ollas desde la calle. Desayunamos en un bar y en este nos estampan el primer sello de la etapa. Conocemos a un personaje que camina con su perrita, la cual, según el dueño, a salido cuatro veces en la televisión en reportajes sobre el camino de Santiago.
A los pocos kilómetros de salir de Melide volvemos a coincidir con Miguel, Manolo y Adrián, pedaleamos con ellos unos kilómetros. También coincidimos con el grupo de veteranos que viaja con un furgón de apoyo, vamos alternando los compañeros de viaje, en las empinadas cuestas nos quedamos atrás, en las bajadas los alcanzamos, es entretenido, por que ahora vas hablando con uno, al rato con otro.
El camino, como ayer, está plagado de peregrinos de a pie, también hay más bicigrinos. Después de tanto sube y baja, nos despegamos de todos los bicigrinos y quedamos de nuevo pedaleando entre cientos de peregrinos a los cuales vamos adelantando. Unos kilómetros antes de Predrouso paramos a poner nuestro segundo sello del día en otro bar, al otro lado de la carretera, en otro bar nos llaman, de nuevo los amigos de Castellar del Vallés, que están almorzando a cuerpo de rey.
Nosotros tomamos algunos frutos secos y un par de plátanos y continuamos, no queremos llegar muy tarde a Pedrouzo para no quedarnos sin albergue.
Sitio curioso, un bar que está plagado de botellas de cerveza vacías y perfectamente colocadas en forma de árbol, puente y demás, lo gracioso es que casi todas la botellas llevan algún texto escrito, bien un nombre o una corta frase, muy curioso y original.
Después de infinidad de toboganes y de atravesar bosques super frondosos de eucaliptos y robles, llegamos a Pedrouzo, preguntamos en varios albergues y en ninguno hay hueco. Decidimos continuar. A la salida de Pedrouzo, nos aguarda una subida eterna y muy, muy empinada, subida que superamos, no sin mucho esfuerzo.
Vamos sorteando peregrinos hasta que nos topamos con un alemán, el cual va por medio y hace caso omiso de los avisos de timbre que le hace Manolo, al pasar los dos, nos recrimina en perfecto alemán que las bicis por la carretera, me imagino que decía eso porque con los bastones señalaba a la esta. Cruzamos unas palabras cada uno en su idioma y ahí queda todo, de momento.
Unos metros más adelante paramos en otro albergue a preguntar si hay hueco, pero sin éxito, entretanto el alemán nos pilla y adelanta en una subida muy exigente. Cuando lo vuelvo a alcanzar, le aviso de nuevo con el timbre y actúa de la misma forma, lo paso rozando con las alforjas y el las golpea con un bastón, paro y volvemos a cruzar unas cuantas palabras y lo dejamos atrás. Los kilómetros van pasando y no encontramos donde dormir, por fin, a 12 kilómetros de la plaza del Obradoiro, en Lavacolla, conseguimos cama en el albergue del mismo nombre.
Cuando estamos acomodándonos, ¡o no! de nuevo el alemán, está vez, me acerco a el en son de paz, me pregunta que si hablo inglés a lo que contesto que mi amigo si. Manolo nos va traduciendo y nuestro amigo alemán reconoce que no se apartó para dejarnos pasar y yo que no debí darle con la alforja. Como no podía ser de otra manera, toda la historia termina con un apretón de manos y un fuerte abrazo. Estoy contento, imagino que mi amigo alemán también y cuando contemos el incidente, lo hagamos con una sonrisa explicando que todo terminó con un abrazo. Una lástima no haber caído en hacernos una foto para inmortalizar el momento.
Después del feliz encuentro, ducha, comida en un restaurante muy elegante y al volver al albergue, lavamos y engrasamos las bicis, no estaría bien que entrásemos en la Plaza del Obradoiro con las bicis llenas de barro. Nada más terminar de lavarlas y guardarlas bajo techo, comienza a chispear con unos truenos que parece que se va a caer el cielo, en menos de cinco minutos el chispeo se convierte en un diluvio. En 20 minutos deja de llover y vuelve a salir el sol, increíble.
Cenamos a las 9 y temprano a dormir. Mañana será una etapa super corta.
Relive
Échale un vistazo al vídeo de esta etapa generado por Relive
Strava
Analiza en profundidad esta etapa en Strava
Cicloide
Todos los desniveles al detalle
Galería
La etapa en fotos, una imagen vale más que mil palabras
Resumen
Los datos principales de esta etapa
Índice de etapas
Desplázate con las flechas en el banner de abajo y salta directamente a la etapa que quieras ver.






