Índice de etapas
Domingo 8 de julio de 2018, la mente ya sabe que ha terminado todo y me despierto a las 7:10, un rato de recreo con el móvil y preparamos las alforjas y las bicis para que se las lleve SEUR, después las guardamos en una estancia con un montón de bicicletas más.
Como ya es hora, nos vamos a almorzar, así que nos vamos a la pastelería que hay a 50 metros del hostal y nos pegamos un banquete de dulces. Nos damos un último paseo por Santiago y regresamos al hostal para dejar la habitación.
Montamos en el bus que nos llevará al aeropuerto que se encuentra a un paso de donde dormimos antes de anoche, en Lavacolla. A las 13:00 más o menos ya estamos en el aeropuerto, es pronto, hacemos algo de tiempo y conforme está previsto a las 15:20 estamos andando por la pista, para subir al avión, estoy un poco nervioso, es mi primer vuelo.
Manolo y yo no nos sentamos juntos, tenemos los dos asientos de pasillo. Me percato que por delante de mi al lado opuesto hay una señora que tiene el asiento de pasillo y tiene libres el central y el de ventanilla, así que, una vez el avión ha despegado, le pregunto si le importa que me ponga en el asiento de la ventanilla, a lo cual contesta que le da lo mismo. Perfecto ya me puedo entretener mirando por la ventanilla.
A las 17:05 aterrizamos en Alicante, bajamos del avión, recorremos el aeropuerto de punta a punta y por fin llegamos donde nos esperan nuestras respectivas señoras. Sin lugar a dudas las hemos echado de menos.
Conclusión de Manolo:
Este camino de Santiago ha sido una experiencia única e inolvidable. Han sido dos semanas donde, tanto la mente a nivel moral y psicológico, como el cuerpo a nivel físico nos han dado una lección de humildad, puesto que a veces la vida nos lleva a ciertas rutinas y monotonías, las cuales con esta aventura hemos dejado atrás y hemos aprendido a ver las cosas con otra perspectiva. En cuanto te encuentras con el primer peregrino que te regala tu primer “Buen Camino”, o en cuanto llegas al primer albergue tras una dura etapa, el camino te envuelve en un ambiente donde la armonía y el compañerismo son los protagonistas.
Es difícil describir la mezcla de sensaciones y emociones que hemos podido llegar a vivir en estas dos semanas; el simple hecho de dar un poco de agua a un peregrino, o pasar y ver sentada en medio de la nada a una peregrina comiéndose un bocata de medio metro de largo, o ayudar a otros bicigrinos con una avería mecánica, o compartir unos minutos charlando mientras pedaleamos con compañeros que acabas de conocer ese mismo día, son momentos en los que te invade una sensación de alegría y bienestar, que, mezclada con el cansancio de los kilómetros acumulados, es difícil de explicar con palabras y en mi opinión solo quien haya realizado el camino puede entender.
Muchas son las anécdotas que podemos contar, muchas son las personas que hemos conocido, pero todas ellas inolvidables. Ha habido momentos duros, sobre todo al principio, donde nos preguntábamos si íbamos a ser capaces de completar el camino, momentos de tensión en tramos complicados donde a veces teníamos que parar un minuto, hacer un “reset” (mental y físico) y continuar, momentos de admiración al ver ciertas penurias de compañeros peregrinos caminantes o al ver ese abuelo con su nieto haciendo camino juntos, momentos de reflexión al afrontar largas tiradas de pedaleo monótono, momentos de añoranza al recordar la familia que nos espera en casa, pero todo ello constituye ese espíritu del Camino de Santiago que solo pueden sentir quienes lo han realizado.
Y para finalizar, solo recomendar a quien lea estas líneas, que se atreva a afrontar esta experiencia, que con previsión y organización, todo es posible, seguro que volverán encantados y con ganas de repetir.
Mi conclusión (Ramón):
Resumir en unas líneas este viaje de 15 días es complicado, aún así lo voy a intentar. Hacer el camino en bicicleta ha sido una experiencia espectacular e inolvidable y me ha dado la oportunidad de…
Sentir: sentirme vivo haciendo cosas nuevas; sentirme joven a pesar de mis 52 añitos, sentir la naturaleza que me ha rodeado en todo momento; sentir la hermandad con otros peregrinos que, sin conocerlos, te ofrecen y les ofreces ayuda durante el camino; sentirme a mi mismo mental y físicamente…
Descubrir: descubrir lugares y paisajes que quedarán grabados en mis retinas para toda la vida; descubrir con que pocas cosas materiales puedes llegar a sobrevivir; descubrir que se pueden hacer cosas que uno no imagina; descubrir otra manera de viajar que te permite empaparte más de todo lo que conlleva el viaje…
Conocer: conocer a otras personas que aunque haya coincidido con ellas por un momento, unas horas o unos días, no olvidaré; conocer a mi propio cuerpo, el cual me ha sorprendido sobremanera; conocer mi mente que me ha demostrado el poder que puede llegar a influir sobre el cuerpo…
Confirmar cosas que ya sabía: confirmar lo que me cuesta estar separado de mi media naranja; confirmar lo que me gusta viajar; confirmar que me gusta la bicicleta; confirmar que quiero a mi familia; confirmar que me gusta volver a casa.
En este micro análisis del viaje, no puedo dejar de mencionar a mi compañero de viaje, Manolo, ha sido un placer convivir con el 15 días, sin ningún tipo de problema, decidiendo y resolviendo juntos en todo momento cualquier duda o contingencia que surgía en el viaje. Sin lugar a dudas es un tío con el que se puede hacer un viaje de este tipo. Gracias Manolo.
Por último, doy las gracias a mi media naranja, Nuria, por animarme a hacer este viaje, ella sabía que me hacía una ilusión tremenda y claro, uno se va haciendo mayor y si lo vas dejando… la he echado mucho de menos. Muchas gracias bombón.
Resumiéndolo todo aún más: Ha sido un viaje espectacular, inolvidable, emotivo, recomendable…
Galería
La etapa en fotos, una imagen vale más que mil palabras
Resumen
Los datos principales de esta etapa
Índice de etapas







